sábado, 2 de enero de 2010




Ya hace de esto nuevamente una temporada, muchas cosas han sucedido desde entonces y se han modificado, sólo puedo recordar algunas concretas de aquella noche, palabras sueltas cambiadas entre los dos, momentos y detalles eróticos de profunda ternura, fugaces claridades de estrellas al despertar del pesado sueño de la extenuación amorosa.Pero aquella noche fue cuando de nuevo por ver primera desde la época de mi derrota me miraba mi propia vida con ojos inexorablemente brillantes y volví a reconocer a la casualidad como destino y a las ruinas de mi vida como fragmento celestial. Mi alma respiraba de nuevo, mis ojos veían otra vez, y durante algunos instantes volví a presentir ardientemente que no tenía más que juntar el mundo disperso de imágenes, elevar a imagen el complejo de mi personalísima vida de lobo estepario, para penetrar a mi vez en el mundo de las figuras y ser inmortal. ¿No era éste, acaso, el fin hacia el cual toda mi vida humana significaba un impulso y un ensayo?


“El lobo estepario”, Hermann Hesse

1 comentario:

  1. Sabes? la canción que tienes puesta en la descripción es lo que me llevó a crearme un blog...tenía que contartelo ^^

    Saludos!

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