lunes, 31 de agosto de 2009


Los aeropuertos me llenan de tristeza. Están cargados por las penas de las despedidas que allí se acumulan, gente que marcha llevándose un rastro de vida tras de sí. Como Humphrey Bogart (Rick Blaine) en Casablanca me vi una vez despidiendo el avión en el que huía una mujer que no iba a volver. Malherido prometí no dejar marchar a más mujeres, una promesa perdida como tantas, como la de retirarme a tiempo, como la de no perder tu rastro, como la de sobrevivir a tu ausencia... Pero yo no era duro y sentimental como Rick Blaine ni ella tan dulce y maldita como Ilsa Lazlo, ni ella vestía de azul, ni ellos de gris, así que quizá sea otro el final de esta película, quizá la niebla se disipe y deje ver el final del aeropuerto. Eso sí, puede que este sea el comienzo de una hermosa amistad.






I.S

lunes, 24 de agosto de 2009

Buscando una migración de pájaros silvestres


Como el principito hemos soñado huir de nuestro planeta, atando bandadas de pájaros a nuestras manos, en busca de otro lugar en el que empezar un nuevo viaje. Pero cuando la mentira se convierte en cotidiano y el miedo a la soledad nos inmoviliza decidimos cortar las cuerdas que nos atan a aquellas bandadas, y entonces caemos sin remedio a nuestra rutina de abrazos, citas y peleas. A lo lejos divisamos otros paisajes, intuimos que la vida esta allí, que el hecho de estar vivo siempre exige algo, que quizá... Pero como tantas veces nos ponemos a salvo, arrastramos nuestra cadena de sueños y somos el fantasma de siempre, con una sonrisa de látex pegada con imperdible al rostro. Solo por esta vez dime una verdad, que ya mentimos a diario.

domingo, 23 de agosto de 2009


Aprendí a escuchar la noche. No pienso enterrar mis dolores para que duelan menos, voy a sacarlos de dentro, cerca del mar, para que se los lleve el viento.

domingo, 16 de agosto de 2009

Error, -ōris


error. (R.A.E)
(Del lat. error, -ōris).
1. m. Concepto equivocado o juicio falso.
2. m. Acción desacertada o equivocada.
3. m. Cosa hecha erradamente.

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Todos los cometemos.
A menudo
Y mucho…

Y nos persiguen el resto de la vida, y los pagamos. Pero a pesar de todo, ¿qué seríamos sin ellos? ¿Es que no es la mejor manera de aprender y crecer?
Esto es un homenaje a todos mis errores, y por consecuente a todas mis victorias.

No voy a decir nombres, eso ya no importa. Tan solo quería pedirte perdón por no comportarme como debiera pero me superaba no tenerte a mi lado cuando sentía que me moría de amor. Y quizá por eso ahora el silencio sea abismal y tenga que morderme la lengua y los pensamientos. Pero aun así, gracias por enseñarme un sentimiento tan puro y tan fuerte, como nunca he vuelto a sentir. Espero que me hayas perdonado de la misma manera que yo te he olvidado. Sé que ha pasado el tiempo, pero no podía vivir sin gritarlo. Lo siento.

Y el tiempo sigue, y vivimos experiencias únicas, y exprimimos los momentos al máximo porque sabemos que no van a durar toda la vida, a veces, con suerte duran unos segundos. Y siguiendo nuestro camino volvemos a cometer más errores, volvemos a caer, y a levantarnos con más fuerza. Si hay algo que no soporto es la cobardía y el sentimiento de no haberlo intentando, y en esos intentos quiero pedir perdón cuando las cosas no surgieron como yo esperaba. Porque eso hacía, esperar y esperarme. Y fue entonces el momento de estar en el otro lado y de decir que no. Tan solo quiero que nadie me recuerde con despecho, quien de verdad me conoce sabe que no era esa mi intención. Gracias por saber ver en mí lo que mucha gente pasó desapercibido o simplemente no valoró.

Y entre tantos momentos, buenos, malos, regulares, y muchos de ellos inclasificables
(los mejores), conocí a personas a las que les tengo un cariño especial. Tanto que no alcanza a la explicación, simplemente, son, que no es poco, sino que por el contrario abarcan más de lo que en un primer acercamiento pude llegar a imaginar. Gracias por pertenecer a mi mundo de pájaros en la cabeza.

Y casi por terminar, quería decir que perdono los errores que se cometieron conmigo. Que no me cabe el rencor ni el despecho. Sin ellos, por ejemplo, no me habría sentido viva de nuevo, justo en el momento en el que creía que nadie sería capaz de revolverme todo por dentro y hacer que mi vida cambiara por completo, de ponerlo todo patas arriba y de vivir al revés. Gracias por los amaneceres que nos pillaron por sorpresa y por robarme tantas horas de sueño (y de estudio). Me enseñaste que la magia puede existir y que los iguales se reconocen. Recuérdame siempre en la medida de lo posible.

Así que después de esto ¿quién es capaz de decirme lo contrario? Hoy brindo por los errores y es que…”mira que te lo advertí, te metes con quien no sabes, ya te habrás dado cuenta amor, que yo no hago cosas normales…”

martes, 11 de agosto de 2009


Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero sin miedo a leyes ni a nostalgias, y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo con la pura bandera de su raza.

miércoles, 5 de agosto de 2009


"Quiero amor. Que me quieran, que me lancen contra una pared y me besen hasta que yo pida tregua, pero que después me acaricien el pelo con amor, sexo sin amor o cariño nunca quise ni lo quiero, no estoy tan desesperada como para pedir caridad"

En el fondo me conocéis muy poco, en esto más bien nada. Qué sabréis vosotros sobre la pasión. Yo sí y como lo sé, reservo las fuerzas para cuando encuentre a alguien que merezca la pena. Si pensáis que mi máxima aspiración en una cama es lanzar cuatro estúpidos gritos durante media hora es que no sabéis nada de mí ni del sexo. Lo de la pared es el comienzo: la pasión requiere sangre, sudor y hasta lágrimas. Gritos, jadeos que te salen del alma escondida en un lugar tan profundo que al llegar a la boca suenan a lamentos.

Es una batalla permanente. Es pasear la punta de la lengua por otro cuerpo con una fuerza y una suavidad que provocan el suspiro; es desear que te den la boca y te la quiten y suplicar que te la vuelvan a dar; es querer que te aten las manos y otras manos te acaricien con lentitud hasta que grites pidiendo que te calmen con un beso y otro más y otro más profundo; es mirar los ojos de quien provoca esos sentimientos y notar una descarga que recorre tu espalda y llega a la boca desde la nuca, y te llena la boca de saliva y los labios se hacen grandes y lo único que calma todo eso es la mano, la boca, el otro cuerpo.

Es ver un caramelo y desear ponerlo entre los labios y comerlo boca a boca, y querer meterlo en cada oquedad del cuerpo junto con tu lengua y sentir que tu alma está más cerca del cielo que nunca. Eso es la pasión. Pero sin el deseo de quedarse dormido junto a quien te hace sentir todo eso, de dormir cada noche, de despertar cada día con esa mano enganchada en tu cintura y de que esa boca te bese mañana, sin eso, sin ese deseo que es el auténtico, el de verdad, no hay pasión, solo carne contra carne y ansia fácil, solo respuestas a estímulos mecánicos perfectamente orquestados en el cuerpo.
Así que no tenéis ni idea de lo que es la pasión, no la tenéis ninguno de vosotros.


Susana Pérez Alonso

lunes, 3 de agosto de 2009



¿Para qué andar descalza sin rumbo?