domingo, 15 de julio de 2012

EL DIOS ABANDONA A ANTONIO
Cuando de pronto a media noche oigas pasar una invisible compañía con admirables músicas y voces — no lamentes tu suerte, tus obras fracasadas, las ilusiones de una vida que llorarías en vano. Como dispuesto desde hace mucho, como un valiente, saluda, saluda a Alejandría que se aleja. Y sobre todo no te engañes, nunca digas que es un sueño, que tus oídos te confunden; a tan vana esperanza no desciendas. Como dispuesto desde hace mucho, como un valiente, como quien digno ha sido de tal ciudad, acércate a la ventana con firmeza, escucha con emoción, mas nunca con lamentos y quejas de cobarde, goza por vez final los sones, la música exquisita de esa tropa divina, y despide, despide a Alejandría que así pierdes. Kavafis

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