Es curioso como hay recuerdos que se guardan a presión como las maletas imposibles antes de un viaje. El problema es que un día, tarde o temprano, tienes que abrir la cremallera, o simplemente, se rompe. Y es entonces cuando se esparce todo por la habitación (de la vida) y te pilla por sorpresa, parece imposible volver a meterlo todo, y es entonces cuando piensas…:”no debí meter tanto equipaje…”
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