miércoles, 29 de abril de 2009
miércoles, 15 de abril de 2009
Me he replegado, es cierto, y he rechazado el combate. Pero, en la seguridad de mi espíritu no existe desafío que yo no sea capaz de afrontar. Indigente de nombre, posición y apariencia, soy en mi entendimiento una diosa invicta.
Lo que hace la fuerza del soldado no es la energía que emplea en intimidar a su adversario enviándole un montón de señales, sino la fuerza que es capaz de concentrar en sí mismo, centrándose en sí, sin salir de sí mismo.
La elegancia del erizo, Muriel Barbery
domingo, 12 de abril de 2009
miércoles, 8 de abril de 2009
Ríe, la vida como un volcán hay veces que ríe, y nada tiene que ver con el tiempo, se ríe porque para ella somos tan leves como el humo azul que del pudor se desprende, y ríe porque tu llanto se lo merece y también porque el querer es reírse a veces...
Vive, la vida por compasión hay veces que vive, y nada tiene que ver con la muerte, y cuando llegue ese instante déjame verte, que no hay mayor libertad que tenerte enfrente, y que nadie sea absuelto por no quererse y vive porque el querer es vivir con creces...
martes, 7 de abril de 2009
domingo, 5 de abril de 2009
Dicen que a través de las palabras el dolor se hace más tangible, que podemos mirarlo como a una criatura oscura, tanto más ajena a nosotros cuando más cerca la sentimos, pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado, es el más cruel, el más hondo, el más injusto…
“A los que aman”
viernes, 3 de abril de 2009
Oliverio- ¿El amor?¿Cómo amar sin poseer?¿Cómo dejar que te quieran sin que te falte el aire? Amar es un pretexto para adueñarse del otro, para volverlo tu esclavo, para transformar su vida en tu vida, ¿cómo amar sin pedir nada a cambio, sin necesitar nada a cambio?
Mujer- Casi siempre el error que cometemos es pensar sólo lo que nos pasa a nosotros. Nos parece tan importante eso que sentimos que nada del otro puede ser tan importante como eso que sentimos, y esa contradicción suele ser trágica […] es el error más común que cometemos todos: querer que el otro sea como queremos que sea y no como es, y cuando nos damos cuenta del error a veces es demasiado tarde. (Subiela 1992)
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